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CESC: transformación digital como acción directa para impulsar la reactivación económica

Actualizado: 20 may 2020



Fernando Vargas Rodas, presidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz


Es conocido por todos que el mundo se encaminaba a una crisis económica incluso antes de aparecer la pandemia del coronavirus y que evidentemente la llegada de la emergencia sanitaria escaló la crisis en muchos casos a niveles sin precedentes. Y es que las medidas de contención del virus que adoptaron casi todos los Estados se basaron esencialmente en el distanciamiento social con distintas intensidades; es decir, la restricción de las actividades, de horarios, la cuarentena o hasta el confinamiento con auxilio de la fuerza pública.


El resultado de esta paralización abrupta de actividades productivas, que a fin de cuentas busca preservar vidas, es en definitiva que se inflige serios daños a la economía por la ruptura de la cadena de pagos, el desabastecimiento, cierre de empresas, desempleo, etc. En caso de que el paro sea prolongado existe un alto riesgo de que los daños ocasionados sean permanentes.


Acá los Estados han dispuesto en la medida de sus posibilidades una amplia gama de medidas de salvataje que pretenden estimular, no solo la demanda, inyectando liquidez a la economía; sino también la oferta, en procura de mantener vivo el tejido empresarial y este será un tema para analizar mucho.


Pero quiero detenerme en la parte de países que optaron por otras soluciones, menos duras, pero con resultados incluso mejores que los obtenidos por países que “frenaron” su economía y que afrontarán la crisis de la COVID-19 de manera menos traumática y en general en mejores condiciones que el resto del mundo, a saber, Singapur, Suecia, Corea del Norte, Japón y otros. La respuesta es que su accionar no solo ha sido determinado por el factor cultural o el recuerdo muy reciente de otras pandemias, sino esencialmente por el grado de digitalización de su economía, se trata de los países con los mayores avances en esta materia (que no es necesariamente lo mismo que países desarrollados).


Singapur es un país que lidera la revolución tecnológica y tiene la más amplia gama del mundo de servicios online, mayor cantidad de conexiones y accesos libres a internet. Suecia es el país más avanzado tecnológicamente de Europa con internet de alta velocidad, trámites gubernamentales en línea y colegios y hogares informatizados. Corea del Sur tiene el mayor índice de conexión a banda ancha, el 95 por ciento de los hogares “inteligentes” están conectados y la mayoría de las compras de las ciudades se hacen por internet. Y finalmente Japón, el productor de tecnología por excelencia y donde casi todo se hace normalmente desde un teléfono inteligente.


En las anteriores condiciones, estos países no necesitaron “extrangular” su economía para reducir los contagios, pues las operaciones y transacciones por un tema de productividad ya no son presenciales. Así que la decisión fue seguir operando, pero guardando los cuidados sanitarios para evitar más propagación y para ello asignaron mejor sus recursos a la realización de test, a reforzar sus sistemas de salud y a controlar la epidemia aprovechando sus ventajas competitivas para ello, es decir alta digitalización de la economía, la casi nula preferencia por el efectivo, etc.


La COVID-19 será superada tal como el 100 % de las pandemias y crisis económicas que azotaron el mundo y la solución “viene muy rápido y por distintos frentes” al igual que en 1945, que por estas fechas rusos y aliados literalmente “corrían desde oriente y occidente” para tomar Berlín y acabar así otra gran tragedia humana como fue la segunda Guerra mundial.


La digitalización de la economía es una oportunidad para países en desarrollo como el nuestro, implica una Banca de avanzada totalmente digitalizada, un Gobierno digital con tramites 100 % online, un comercio electrónico 100 % operativo, la trasformación progresiva de nuestros sistemas educativos y un fuerte desarrollo de la Telemedicina, etc. Por mencionar solo alguna potencialidad, imaginemos que pacientes de provincias son atendidos “remotamente” por doctores especialistas disponibles desde cualquier punto del país.


En fin, dependerá de nosotros y del liderazgo del Estado Nacional que esta crisis se convierta en una oportunidad y demos un paso hacia adelante para digitalizar nuestra economía y consigamos no sólo combatir y derrotar la COVID-19, sino encontrar mayores niveles de eficiencia productiva. Debemos adecuar nuestras estructuras para una más rápida reactivación económica y, por supuesto, para esperar en mejores condiciones el siguiente coronavirus que, sin duda, llegará en algún tiempo más (meses o años).

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