La seguridad vial precisa de mayor control y profesionales capacitados en el tema
El conjunto de elementos encargados de la protección de los usuarios en las vías nacionales precisa de un mantenimiento urgente. Cambiar el comportamiento del peatón y del conductor es otra tarea pendiente para reducir los accidentes.
En la época de lluvias, el mal estado de la señalización en las carreteras de Bolivia se puso en evidencia, lo que refleja la falta de atención y control en la seguridad vial, además de la ausencia de profesionales capacitados en este tipo de proyectos. Pese a que el Estado hizo una millonaria inversión para el mejoramiento, construcción, mantenimiento correctivo y preventivo en la Red Vial Fundamental (RVF), no hay un justificativo de porqué las carreteras están cada vez mas deterioradas.
El presidente del Colegio de Ingenieros Civiles (CIC), Patricio Senseve Méndez, aseveró que la RVF esta intervenida por la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), pero que pese a ello no se cumplen las normas. “Nos preocupa mucho que en todos los sectores donde se está haciendo alguna obra no existan los elementos de señalización adecuados, la capacitación para enfrentar este tipo de trabajos y lo peor es que no se está haciendo el control físico por parte de las autoridades competentes”, apuntó.
Destacó que son cuatro los elementos que inciden en la seguridad vial: comportamiento del conductor, comportamiento del peatón, la vía en sí misma y el tipo de vehículo. En ninguno de los casos, la ABC ha trabajado para encararlos; refiriéndose a la vía como tal, lamentó que la infraestructura no cuenta con la señalización adecuada en tramos en construcción o mantenimiento, por lo que los usuarios quedan expuestos al peligro.
Otra inquietud exteriorizada, que envuelve a los demás elementos, es la legislación y la falta de capacitación. Las carreteras están diseñadas para un tipo de vehículo como autos y camiones, sin embargo, en áreas agrícolas, en los caminos circulan hasta cosechadoras, sin ningún tipo de control (caros guías). A ello, se suman otros componentes como ciclistas y motociclistas, quienes son afectados porque las carreteras no tienen el ancho de berma para su paso.
“Se tiene que hacer una capacitación muy profunda, tanto en las ciudades como en las comunidades, para el uso de las carreteras. Las leyes están para que la Policía Boliviana de la Dirección Departamental de Tránsito las haga cumplir, pero, de entrada, no se obedece”, manifestó. Reclamó la poca difusión sobre este tema, ya que la seguridad vial depende del conductor y el peatón, muy poco interviene la estructura, pese a la ausencia de señalización.
Es preciso informar y formar a un peatón responsable, que obedezca las normativas creadas, así como fiscalizadores que controlen su aplicación en todo el país. “No olvidemos, además, que una mala señalización hace que el comportamiento del conductor sea equivocado. Eso es lo que hay que analizar y se debe trabajar en la actualidad con distintas instituciones”, recalcó.
La imprudencia del conductor es la principal causa de accidentes
El ingeniero David Vaca Oyala, especialista en carreteras y pavimentos, y responsable del tramo Mairana-Bermejo en la ABC, expuso que, según información estadística del Organismo Operativo de Tránsito, la causa principal de los accidentes en las carreteras es la imprudencia del conductor, seguido del exceso de velocidad y conducir en estado de embriaguez. Otros factores que mencionó fueron la imprudencia del peatón y omitir la señalización.
En cuanto al tipo de accidentes, el mayor porcentaje se atribuye a colisiones, el 25 por ciento, luego a choques frontales, el 21 %, y atropellos por exceso de velocidad. Los más afectados en estos incidentes son niños entre tres y 14 años y jóvenes entre 15 y 29 años; también los motociclistas forman parte de ese patrón. El comportamiento del conductor es preponderante, su omisión a las recomendaciones de no hablar por teléfono, a seguir las señales sobre curvas cerradas, peligros u otras aumentan los casos de incidentes. Ellos inclusos soslayan advertencias de zona montañosa o pendientes.
Ante ese panorama, el ingeniero exhortó a que la gente ponga de su parte para tener caminos seguros, puesto que las cláusulas viales sugieren que los accidentes de tránsito, no deberían ocurrir o por lo menos habría que evitarlos. La prevención de incidente no consiste en restringir el acceso a las vías, sino ofrecer seguridad. No solo la ABC, la Policía Caminera, los comités u otras instituciones están en la obligación de mantener una educación vial correcta.
En contraste a estos datos, el presidente del CIC declaró que los índices de accidentabilidad “no son tan reales, porque son muchos los incidentes que no se registran debido a que las autoridades no hacen bien su trabajo”. Agregó que en días feriados o fines de semana se observa la falta del personal a cargo del control en las carreteras.
La ABC: planes de emergencia para seguridad vial
David Vaca aseveró que las rutas tradicionalmente conflictivas en épocas de lluvia conllevan a planes de emergencia para su intervención. Por tanto, la entidad cuenta con un plan maestro, que incluye normas regularmente mejoradas, actualizadas y reformadas con los últimos adelantos que requieren las coyunturas.
En el caso de la RVF, dijo que la ABC tiene varios programas destinados a seguridad vial, en casos de emergencia se dispuso de 70 millones de bolivianos para solucionar los problemas que se han presentado y así dar transitabilidad a la conexión vial. “Las oficinas regionales están en la obligación de realizar reportes diarios a la matriz, para que se tenga en cuenta los planes de contingencias que deberá utilizarse según el caso”, indicó.
Existe un documento general llamado Plan Estratégico para la Seguridad Vial en Bolivia, que está en plena vigencia. En él se tiene compendiado estudios estadísticos que determinan y zonas proclives a derrumbes, deslizamientos, fragmentaciones y los tipos de accidente que suceden con mayor frecuencia. Este plan cuenta con mapas con datos precisos para actuar de forma debida.
Al hablar específicamente de seguridad, Vaca sostuvo que es una idea que engloba una relación técnico-humana. Mediante herramientas y personal calificado se buscan las medidas correctivas más aconsejables para reducir las consecuencias que supone los hechos de tránsito. Muchas veces existe impotencia porque en tramos difíciles como La Siberia (antigua carretera a Cochabamba) y El Sillar no se puede hacer intervenciones, dado que su inmenso número de tráfico motorizado durante las 24 horas inhibe cortarlas.
Construcción y mantenimiento como parte de la seguridad
Al referirse a la construcción de las carreteras bolivianas, el ingeniero Vaca subrayó que tiene limitaciones y ventajas, ya que la media de durabilidad de la RVF oscila entre 10 y 15 años, pero siempre hay puntos que necesitan mantenimiento. Los baches, por ejemplo, son los primeros signos de deterioro y una señal de que se debe intervenir de inmediato.
“¿Cuándo se le debe hacer mantenimiento a las carreteras? Al otro día que fue concluida. No es que hay que esperar dos o tres años, porque hay muchos imprevistos que ocurren, puede pasar que cuando se habilitó el camino un camión se arruinó y afectó al pavimento”, insistió a su turno Senseve.
Según Vaca, en cuanto la ABC detecta un bache traslada los equipos para eliminarlo, porque es parte de su tarea, empero contra los embates de la naturaleza no se puede pelear. “De todas maneras, el trabajo cotidiano es brindar lo mejor para tener vías expeditas y la menor cantidad de accidentes”, expresó.
Es así que la ABC regional cuenta con un levantamiento de datos sobre las zonas y los diferentes tipos de climas y temperaturas; en base a ello y con la metodología Superpave está cambiando la matriz, aunque siempre se debe tener en cuenta el PG (grado de desempeño). Es una labor compleja, a ello hay que sumar referencias como niveles de tráfico, distancia de paradas y otros datos técnicos. En ese sentido, se utiliza el más adecuado que está apuntado en los mapas correspondientes.
Vaca Informó que se está implementando una serie de políticas para reforzar su servicio a la comunidad y ejecutar con mayor eficacia los lineamientos de seguridad vial; las nuevas señaléticas, horizontales y verticales están en la mayoría de las rutas. Sólo falta la conciencia del factor humano, que tiene que conocer que la infraestructura vial no son caminos nada más, son puentes, alcantarillas y más.
El CIC solicita mayor participación profesional
“De un tiempo a esta parte, el ingeniero ha sido obviado en muchas áreas y las empresas contratadas no cumplen con lo que han propuesto a nivel profesional. Cada trabajo tiene que tener un profesional con el grado de capacidad que exige el proyecto, hay obras que necesitan personal con años de experiencia por su magnitud, no obstante, los contratados no cumplen con los requisitos”, señaló Patricio Senseve.
El CIC detectó que en las obras donde hay problemas es precisamente por la ausencia profesional o la falta de preparación y experiencia del trabajador. Es en ese punto que la institución debe interceder; incluso propuso a la ABC, alcaldías, gobernaciones y empresas constructoras, entre otros, que el colegio sea parte del control social y avalar a los profesionales contratados.
Demandó que los contratos que la ABC firma con las constructoras se cumplan, que los trabajos de mantenimiento inicien una vez entregada la obra y no cuando hay fisuras o fragmentaciones. Es una obligación también que contraten profesionales legalmente habilitados y con la capacidad que exige ese tipo de proyectos.
“El CIC, como parte de la Sociedad de Ingenieros de Bolivia (SIB), que se rige por la Ley N° 1449 del Ejercicio Profesional de la Ingeniería, en la especialidad de Civil, es el ente que vela por el trabajo legal y la experiencia exigida en cada proyecto. Nos brindamos a ser parte de un control o comité que actúe por la seguridad vial”, enfatizó.
FOTO: ABC