La humanidad está viviendo una etapa compleja e incierta, que nos ha colocado frente a una de las situaciones más difíciles que el mundo ha conocido. La pandemia del coronavirus nos ha hecho víctimas a todos por igual, estamos ante el mayor desafío de esta generación.
Como todos, el sector privado boliviano, incluyendo las grandes, medianas, pequeñas y microempresas, también está atravesando por una crisis económica sin precedentes, a partir de la evidente afectación del aparato productivo y las actividades comerciales. Primero los conflictos políticos de fines del pasado año ocasionaron esta afectación y ahora la cuarentena impuesta para enfrentar el coronavirus.
Esta realidad, que ha paralizado las actividades de más del 80 por ciento de las empresas, ha puesto en serio riesgo la estabilidad laboral de los trabajadores y la sobrevivencia de muchos emprendimientos, que no podrán responder oportunamente con las obligaciones financieras e impositivas, el cumplimiento de contratos y otros, en una situación de inactividad completa, disminución drástica de la demanda y la caída total de los ingresos.
No se trata de una crisis pasajera, sino de un sismo que atraviesa todas las latitudes y sistemas y que requerirá para superarse, de medidas estructurales, unidad, sacrificio e iniciativa. Por eso, en estas circunstancias tan complejas, planteamos que las prioridades deben ser garantizar la reactivación económica, evitar el cierre de empresas e impedir la pérdida de miles de empleos.
Los empresarios hemos asumido siempre los desafíos, aún los gigantescos como el que nos toca vivir ahora, con entereza, esperanza y trabajo y, ante la decisión de suspender progresivamente la cuarentena, vamos a hacer nuestros mayores esfuerzos para apoyar el proceso de reactivación de la economía, que será lento y difícil.
Valoramos las acciones del Gobierno Nacional referidas especialmente a la ampliación de plazos para el pago de impuestos y los créditos para la cobertura de salarios de los meses que dure la cuarentena. Pero, como lo explicamos ampliamente, estas medidas son insuficientes, especialmente si se orientan hacia la postergación y no la condonación de obligaciones, que tendrán que ser asumidas en un entorno totalmente adverso y, en muchos casos, insostenible. Necesitamos apoyo financiero para resolver problemas de liquidez inmediata para estar en condiciones mínimas, reiniciar las actividades y enfrentar con mejores posibilidades la reactivación productiva.
A los trabajadores bolivianos, que nos han acompañado en épocas buenas y malas, y a quienes reconocemos y agradecemos por su dedicación y apoyo constante, queremos decirles que estamos haciendo todos los esfuerzos para, ante todo, sostener su fuente laboral. Vamos a pasar momentos difíciles, pero los vamos a superar, si emprendemos esta tarea con unidad, decisión, solidaridad y empatía.
Finalmente, como empresarios queremos reiterar nuestra decisión invariable de seguir aportando al país en esta y en cualquier circunstancia, con la misma energía, esperanza y valor para que todos juntos, en una sola voluntad, derrotemos primero la pandemia que nos asola y luego la enorme crisis que tendremos que enfrentar.
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