La presidenta del Colegio Departamental de Psicólogos de La Paz, M.Sc. Verónica Claudia Alfaro Murillo, explicó en una entrevista con la revista Contacto Construcción cómo la COVID-19 ha afectado en este tiempo de cuarentena en distintos ámbitos: la convivencia en el hogar, el trabajo a distancia, a nivel sicológico y otros. Expresó que, como toda crisis, esta enfermedad y lo que ha desencadenado a nivel mundial, afecta en lo emocional de las personas, con reacciones positivas y negativas.
“Particularmente, considero que la cuarentena no debería en ningún momento manifestarse como ‘encierro’, es solo un aislamiento físico el que tenemos hoy en día, ‘no estamos encerrados, estamos a salvo’. Los seres humanos somos seres adaptativos por excelencia y también con capacidad de resiliencia, por tanto, es mejor ante las situaciones adversar sacar lo positivo para nuestro propio bien y de nuestras familias”, destacó.
Aseguró que, ante la coyuntura nacional, lo importante es tener una visión hacia el futuro y la motivación con la certeza de que es un proceso. Tener optimismo realista ayuda a afrontar en mejores condiciones las distintas situaciones que vengan.
1. Las personas han reaccionado de distintas maneras a la cuarentena por la pandemia, ¿cuáles cree que han sido los más comunes?
Las personas, producto del aislamiento físico o de la cuarentena, han reaccionado de distintas maneras. Esta pandemia a nivel mundial, no solo es una crisis sanitaria, sino que nos ha puesto en descubierto una crisis económica y social que cada día nos afectará más tanto a nivel país, como también en el sentido individual. Y como toda crisis afecta sin lugar a dudas en lo emocional de las personas, metafóricamente hablando, es como un “tsunami” que nos sacude la esfera cognitiva, afectiva y conductual, producto de nuestras emociones frente a los estresores, un enemigo invisible y mortal en este caso.
Podemos dar algunos ejemplos un tanto simples en todo lo que es la complejidad del momento, es así que podemos advertir reacciones negativas:
• La crisis de la COVID-19 pone a quienes dependen del trabajo diario como su principal ingreso en una posición extremadamente vulnerable frente a riesgos (incluso mortales) para su salud. Socaba su dignidad e intensifica las divisiones sociales y económicas que podrían potencialmente generar nuevas grietas, enojo o descontento político en muchas ciudades o regiones.
• El ser humano es de naturaleza gregaria, en este sentido algunas personas que viven solas y estaban muy acostumbradas a tener mucho tiempo fuera de casa en varias actividades, donde se podían relacionar con diferentes personas, podrían generar sentimientos de tristeza, llegando en casos extremos a tener cuadros depresivos.
• Todos han generado hábitos durante su vida y son difíciles de modificarlos. Por ejemplo, existen personas muy acostumbradas a ir al gimnasio o a correr (running) y ese es un hábito que es muy difícil de compensar dentro el hogar, por lo tanto, también experimentarán frustración.
• Las familias, no están acostumbradas a la convivencia siete días a la semana, las 24 horas del día con las mismas personas, en el mismo lugar y mucho más si han tenido conflictos previos. Cuando las familias no tienen una buena comunicación, no podrán llegar a acuerdos ni en pareja, ni con los hijos, menos con los adolescentes. Esto puede generar desde pequeñas discusiones, a situaciones de peleas constantes, intensificando todos los conflictos previos que se haya tenido antes, el hogar se convierte en un lugar insoportable donde se genera violencia con la persona o personas más débiles. En muchos casos, lastimosamente, los más afectados son los menores, como víctimas directas o indirectas de la violencia.
Pero también tenemos reacciones positivas:
• Las que encuentran oportunidad, como la reorganización del hogar, que siempre soñaban con tener días donde no tengan que ir a trabajar y que dediquen todo el tiempo posible en limpiar su vivienda, poner en orden sus papeles, sus archivos personales, sus armarios, etc. Estas personas que lo han asumido de manera positiva y han aprovechado el tiempo de la mejor manera posible.
• Dependiendo el lugar de trabajo, se han tenido que organizar formas de seguir aportando con su conocimiento mediante el uso de la tecnología, y el internet, debiendo en algunos casos aprender a utilizar herramientas para llegar a sus clientes. Es el caso de las unidades educativas, varias oficinas, o los productores de verduras que hacen ofertas por medio del uso de redes sociales e incluso el sistema judicial tuvo que proponer nuevas alternativas para seguir trabajando resguardando la salud. Estas personas, ante la crisis, encuentran la mejor manera de sentirse productivos.
• Si bien no estábamos acostumbrados a estar mucho tiempo en familia, en ocasiones algunas sí pudieron organizar horarios de juegos familiares, los horarios de los alimentos juntos, conversando de temas de interés o planificación familiar, integrándose más con los seres que uno más quiere. En este caso, por ejemplo, la sola idea que esta situación va a terminar pronto, ocasiona tristeza, en especial para los niños, que tienen a mamá y papá jugando con ellos en casa, en contraste con sólo verlos por las mañanas y noches.
2. ¿Cómo se puede lidiar con estas situaciones (de estrés, de insomnio, de falta de hambre, de depresión, de violencia familiar o conyugal) y tratar de llevar un ritmo que no desordene tanto la vida?
El primer paso es reconocer los signos de alerta, el cansancio emocional con síntomas como angustia, desesperanza, frustración, insomnio, etc. Estar conscientes que esta afectación es “normal” por la tensión de tener un enemigo invisible y que en algunos casos es mortal que se lo denomina COVID-19. Reconocer que, si no soy capaz de lidiar con mis emociones, van a afectar a mi vida, a mi salud (física como mental), y a mi entorno; reconocer que, como persona, no soy inmune al estrés y que en determinado momento requeriré de ayuda.
Ahora los profesionales sicólogos en call centers gratuitos al alcance de toda la población que pueden ayudar a gestionar sus emociones y sentimientos. Contactar a uno no es porque esté perdiendo la razón, es porque un profesional capacitado es el indicado para conseguir un equilibrio emocional, bajar los niveles de estrés, ansiedad, depresión, etc.
3. A nivel sicológico ¿cómo está afectando el encierro y qué debemos hacer?
Si tenemos la idea que es un encierro, se presentarán a nivel psicológico mayores síntomas relacionados con la pérdida de la libertad como si estuvieran pasando por un pena o encarcelamiento, donde prima por sobre todo el deseo de libertad, la frustración y en algunos casos sentirse en indefensión.
Las personas privadas de libertad desarrollan, una cadena de reacciones psicológicas, como distorsiones afectivas, cognitivas, emocionales y perceptivas, todo esto por la tensión emocional dentro de un ambiente penitenciario. Sumado a que debe soportar el alejamiento de su familia y su círculo social.
Sin embargo, el estado de alarma de la COVID-19 ha provocado que la mayoría de las personas haya tenido que habituarse a una realidad desconocida, una situación nueva a la que hay que hacer frente y que tiene sus peligros.
De acuerdo a nuestra realidad es que la cuarentena puede producir lo que se denomina “Síndrome de la cabaña” que se da cuando las personas tienen que vivir en espacios estrechos, remotos, aislados o también monótonos, siendo lo más común, sensación de desasosiego, de sentirse enjaulado, depresión, irritabilidad, soledad, impaciencia, aburrimiento y frustración. Siendo en este caso el aburrimiento y la falta de estímulo los elementos que desgastan la mente del ser humano.
Se recomienda cambiar los hábitos, evitar la rutina, hacer ejercicio, realizar planes futuros para cuando vuelva la normalidad, tener contacto con familiares y amigos, fuera del núcleo familiar utilizando las redes sociales, el teléfono para sentirse en contacto con otras personas. Cuando la situación interfiera con la vida, la salud, las relaciones familiares, lo más aconsejable es buscar apoyo sicológico especializado.
4. A nivel laboral, varias personas han trabajado desde sus casas, pero muchas más horas, también han sentido la presión por sus jefes por la falta de pagos o tareas fuera de sus funciones regulares ¿qué opina sobre ello y qué soluciones plantea?
Partiendo de que la situación no estaba planificada ni para el empleador ni para el empleado, es posible que exista personas en la oficina que no tengan acceso al internet, por lo cual otros deberán asumir sus funciones de manera eventual, o un sinfín de situaciones que se tienen que ir organizando en el transcurso del tiempo.
El teletrabajo es una modalidad laboral a la cual están optando muchas empresas que permite al trabajador realizar sus actividades desde cualquier otro lugar, aprovechando las soluciones que ofrece las tecnologías comunicacionales. Se ha visto en otros países que han utilizado el teletrabajo, que las personas pueden ser más eficientes, existe mayor productividad, ahorro de dinero y tiempo por la disminución de desplazamiento, entre otros.
Sin embargo, en nuestro medio, aún estamos tratando de adaptarnos en la implementación del teletrabajo, eso supone cambios radicales y ser flexibles en cuanto a la estructura organizacional, de lo tradicional a lo posmoderno. Se tiene que considerar por ejemplo entre los cambios, la noción de horario, reuniones virtuales, trámites y procedimientos digitales, así como una relación entre los trabajadores bajo el concepto de equipos de trabajo guiados por un líder, más que un jefe.
En algunas organizaciones o empresas hay un factor que podría traer implicaciones negativas con el teletrabajo y es la presencia de abusos de poder, que pueden desencadenar en acoso laboral, tanto por la jefatura como por cualquier compañero de teletrabajo. Esto puede desarrollarse de manera descendente, ascendente u horizontal, si es que no se han establecido las nuevas reglas o lineamientos, y no se cuentan aún con los procedimientos claros en el periodo de teletrabajo.
Como organización o empresa se deben tomar acciones inmediatas de prevención:
• Una comunicación fluida (por escrito usando el correo electrónico) puede prevenir dificultades de entendimiento empleado-empleador, como que el empleado deba realizar acciones que no son de su competencia sin algún tipo de acuerdo, establecer claramente el por qué no se está cumpliendo con el pago y cuándo se comprometen a realizarlo
• Que cada trabajador pueda reportar un horario (lo ideal es trabajar por objetivos), pero es ideal que se sepa en qué horario se lo puede localizar y tenga la disponibilidad de ocupar sólo ese tiempo a la empresa.
• Llevar agenda minuciosa del trabajo personal, para el manejo independiente del tiempo empleado en cada objetivo o meta, pero también para evidenciar ante una eventual acusación)
• Uso correcto de las Tecnologías (estar bien comunicado, mediante el celular o mediante un computador, si falla uno tener un plan opcional).
5. El día que se levante la cuarentena y algunas actividades empiecen a desarrollarse ¿cree que la gente podrá trabajar de la misma manera que antes?
Si bien el virus nos pone en una situación permanente de incertidumbre, de algo sí estamos seguros, que no se podrá retornar a lo que antes llamábamos “normalidad”, los hábitos de limpieza deberán ser más exigentes dentro la empresa y en el hogar, así como el distanciamiento social más efectivo.
Las personas seguirán con miedo, tensión, en algunos casos incluso en un proceso de duelo por la pérdida de un ser querido. Dependiendo de su capacidad de resiliencia (capacidad de superar circunstancias traumáticas) pueden volver a una rutina anterior en mejores condiciones que una persona que esté con cuadros clínicos como ansiedad, depresión, estrés postraumático, etc.
Sin embargo, debido a la tensión general, lo más recomendable es realizar reuniones de contención emocional, bajo la supervisión de un sicólogo con especialidad en organizaciones para lograr metas empresariales, pero velando por la salud mental de sus empleados.
6. ¿Cómo debemos prepararnos emocionalmente para retomar nuestras actividades una vez que la cuarentena se levante, pero aún con el riesgo de enfermarse?
Primero que la institución debe tener un plan o estrategia que incluya consejos educativos en función del cuidado e higiene dentro del recinto de trabajo, debe estar claramente establecidos los protocolos sanitarios. Eso da cierta seguridad en toda la incertidumbre que se vive a raíz de la COVID-19.
Es importante comprender a nivel personal que el retorno nos brinda una oportunidad para recuperar nuestro bienestar y eso supone enfrentar el miedo y la incertidumbre. Deben activarse nuestras fortalezas, así como todo lo aprendido en esta nueva experiencia y realizar un gran esfuerzo gestionando las emociones particulares para la re-adaptación.
Individualmente, también se deberá tener ciertos hábitos de cuidado, tanto físicos como psicológicos. Recurrir a estrategias de relajamiento, estrategias de afrontamiento ante situaciones críticas y acompañamiento psicológico, dependiendo el caso y la circunstancia.
7. ¿Piensa que las empresas tendrán que contratar apoyo sicológico para sus trabajadores?
Si la empresa no contaba antes con un sicólogo organizacional, es importante que lo considere como medida de prevención de posibles trastornos, como también para la gestión del clima laboral con las nuevas perspectivas empresariales, incentivar la realización de metas sin descuidar la salud mental del empleado.
Sería importante realizar al retorno una evaluación sicológica clínica para detallar la afectación por el impacto de la COVID-19 en todo el personal. Una evaluación preocupacional psicológica dará los lineamientos para la empresa en función a la salud mental de sus empleados, entendiendo que, no todos van a reaccionar de la misma manera, muchos estarán más afectados que otros y eso puede constituirse incluso en un riesgo laboral, dependiendo la función que esta persona cumpla. Una evaluación podría servir para la toma de decisiones gerenciales en la reasignación de funciones o cargos hasta que la persona pueda recomponerse en su totalidad.
8. ¿Qué consejos da para que, pese a la crisis sanitaria, podamos volver a hacer nuestras vidas y tengamos salud mental?
Partiendo de la premisa, que “No existe SALUD FÍSICA sin SALUD MENTAL”, podemos tomar acciones para volver a nuestras vidas:
• Tomarse el tiempo para decidir, planificar acciones y dosificar esfuerzos sin exigirnos demasiado al principio, facilitará la adaptación.
• Concentrarnos en lo que sí podemos hacer, mantener una actitud proactiva para afrontar la nueva situación y los cambios que puedan existir, pensando en uno mismo, pero también velando por los demás.
• Estar siempre bien informados, pero evitando sobreinformación para evitar la activación del sistema de alerta que genera inseguridad.
• Mostrar empatía siempre y en todo lugar.
• En el hogar cambiar de rutinas y de actividades, lograr apoyo en tareas esenciales que competen a todos los miembros.
• En el trabajo mantener una visión de equipo, en la que uno puede apoyar al otro o todos pueden engranar de acuerdo a sus competencias o capacidades para conseguir el objetivo final.
• Observar lo que sentimos, tomando conciencia en caso de necesitar apoyo emocional.
• Mantener una vida saludable; descansar bien; tener la mente ocupada en otras cosas que no sea el virus; tener momento del día individuales, otros de familia y otros sociales, mediante los medios tecnológicos al alcance.
• Reconocer señales de activación como hiperactividad, insomnio, irritabilidad para buscar apoyo sicológico.
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