Arquitecto Jaime H. Catacora Vacaflores
No es la primera vez en la historia que atravesamos una pandemia ni será la última, y después de la COVID-19 no creo que salgamos a un mundo muy diferente al que conocemos, son los arquitectos los primeros quienes deben salir a cambiarlo.
Como sucedió después de cada pandemia, los hacedores del hábitat tuvieron que repensar la forma en que funciona la ciudad para que responda al nuevo mundo pospandemia y esto no significa diseñar arquitectura contra los virus, sino un cambio mucho más profundo desde el punto de vista de cómo habitar las ciudades y en general del planeta.
En los tiempos pos-COVID, el distanciamiento con las fuentes laborales ya no serán una barrera, ya que será más recurrente el trabajar o estudiar desde casa, asimismo el derecho de permanecer más tiempo en el hogar será cada vez más aceptado, lo que abrirá las puertas a nuevos paradigmas sobre la forma de habitar y ver el mundo. Las personas buscarán casas más aisladas, acogedoras y ambientes más verdes, migrar de las ciudades y no “a las ciudades” podrá ser una nueva tendencia, haciendo que mucha gente prefiera alejarse de los grandes y congestionados centros urbanos, lo que podrá incluso llevar a proponer nuevos asentamientos con ideas alternativas y con la premisa de ser cada vez más amigables con nuestro medioambiente; los espacios públicos adquirirán mayor importancia y en el tiempo pos-COVID deberán ser reinterpretados y repensados como aquel lugar de encuentro y de convivencia inmediata con el medioambiente.
Las ideas de arquitectos progresistas sobre espacios urbanos inclusivos, comunidades autosuficientes, bio-construcción, tecnologías alternativas, edificios saludables y sostenibilidad medioambiental serán aceptadas como revolucionarias para el nuevo mundo.
Respecto a lo que corresponde a “viviendas sociales” se deberá pensar en soluciones más equitativas, cambiará el concepto de espacios mínimos por espacios agradables se deberá pensar en mayor calidad del espacio y mayor permanencia en el hogar.
Asimismo, el mundo pos-COVID cambiará la forma de ver la infraestructura hospitalaria y la forma en que se preverá las situaciones de desastre para una futura pandemia. La arquitectura adquirirá un nuevo protagonismo, ya que el diseño arquitectónico podrá solucionar varios problemas de funcionalidad y bioseguridad, se tendrá que repensar la forma de ver la salud desde el punto de vista urbana, dando un lugar más prioritario al sistema de las redes de salud y a humanizar la arquitectura, entendiendo que no se curan las enfermedades sino a las personas; estas ideas se convertirán en el cimiento de un nuevo sistema de salud, las tendencias deberán considerar diseños y materiales mucho más flexibles y adaptables. la telemedicina jugará un papel más importante, el servicio de consulta ambulatoria deberá considerar las teleconsultas, y en varias especialidades se considerará la” internación domiciliaria”, en especial en lo referido con las enfermedades crónicas que evitarán saturar los Hospitales de mayor complejidad.
Por otro lado, existirá una búsqueda de la globalización de varias normas de diseño hospitalario y muchas de estas premisas del diseño Hospitalario influenciarán en todas las infraestructuras públicas. Aparecerá un concepto de “espacios saludables” y se considerará el diseñar infraestructura pública flexible y adaptable que con el tiempo se concretarán en nuevas normativas nacionales.
El mundo pos-COVID buscará una sociedad más equitativa y buscará nuevas políticas para garantizar la Universalidad de la Salud, estos nuevos conceptos afectarán innegablemente a la Infraestructura pública.
La arquitectura tiene el enorme poder de cambiar el mundo y el Colegio de Arquitectos, como otras asociaciones de profesionales, debe no solo promover en la enseñanza académica a los arquitectos, sino juntar la capacidad y experticia de sus asociados para poder influenciar en las políticas y normas nacionales que involucren la calidad del diseño público.
El arquitecto del mundo pos-COVID trabajará también en temas de prevención respecto a las transversales de la salud, refiere por ejemplo a mejorar los espacios públicos, el aire, mercados saludables, recuperación de cuencas, hábitat sostenible, interculturalidad etc. Tendrá la responsabilidad de humanizar la arquitectura y recrear una Bolivia nueva.
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