El Buró Nacional de Investigación Económica (NBER, por sus siglas en inglés) indicó que “el postulante promedio está dispuesto a aceptar un salario 20 por ciento más bajo para evitar puestos de trabajo con horarios fijos, lo que muestra que esta situación en la que entramos por la pandemia no será eventual. Cada vez se incrementarán estas demandas de espacio para el trabajo en casa, por lo cual, como proyectistas deberemos considerarlos en nuestros diseños”.
Foto Giovanna Murta
Debido a la pandemia, varias empresas han optado por el trabajo desde casa y los empleados se están adaptando en la medida de sus posibilidades. Por ello, la revista Contacto Construcción consultó a dos expertas sobre cómo adecuar un ambiente del hogar para el desempeño laboral y que ese espacio sea lo suficientemente cómodo para alentar y permitir desarrollar las funciones.
Para contextualizar, la arquitecta Alejandra Iriarte explicó que si bien el brote del nuevo coronavirus ha obligado a todos a la adecuación de los espacios residenciales para tener actividades multidisplinarias al interior y el trabajo de oficina no es excluyente a esto, el home office, como también es denominado, es una tendencia mundial, sobre todo para las nuevas generaciones.
Con la oleada de tecnología accesible para casi todos, este modelo de trabajo creció enormemente. Las computadoras portátiles, el wifi accesible e incluso con los teléfonos inteligentes de alta gama y las plataformas que pueden utilizarse fácilmente, cada vez es menos indispensable acudir a las instalaciones de la empresa para trabajar.
Para la arquitecta Giovanna Murta la eficiencia espacial es el principal requisito, quizás en casa el profesional no cuente con un espacio para trabajar, por distintas razones, pero adaptar un mueble, ocupar una habitación en desuso, utilizar la sala por un período del día para home office, serían adaptaciones más sencillas para lograr trabajar en un mejor contexto.
En tanto, Iriarte sostuvo que trabajar desde casa da una perspectiva diferente. A veces, la creatividad suele surgir en un entorno familiar en donde el profesional ya sabe cómo sentirse cómodo e inspirarse. Hacer home office es un esquema de trabajo flexible que permite al empleado ejercer sus labores desde su domicilio o en un local libremente elegido por él, sin vigilancia ni dirección inmediata de quien proporciona el trabajo.
Encontrar un lugar del hogar para trabajar
Iriarte aclaró que no se puede generalizar cuál ambiente es el indicado, porque cada vivienda tiene sus características y depende del número de habitantes que residen en ella para definir el espacio más pertinente, sin perjudicar a los demás. Por lo tanto, habría que ver cada caso para determinar cuál es el mejor ambiente.
Aseveró que el lugar podría incluso ser un rincón, ya sea en el mismo dormitorio si hubiera el espacio, en un área de la sala o un estudio, siempre y cuando se pueda tener iluminación, privacidad, muebles confortables y otros. Por su parte, Murta agregó que el ambiente apropiado debe contar con buena circulación de aire y luz, hasta un garaje podría ser si tiene dichas características.
“Para quienes estamos experimentando reuniones y ajustes con el cliente por videoconferencia es fundamental contar con buena señal de wifi, un buen fondo y llevar a ese ambiente aquellos elementos que tenga en su oficina. Incluso los objetos de decoración son necesarios, para que al empezar la jornada se entienda que el espacio elegido es de trabajo, aunque esté en casa”, argumentó Murta.
Iriarte sugirió que el espacio que se elija para trabajar sea de colores neutros, puesto que generan paz, concentración y tranquilidad, tales como el blanco, gamas de grises y beige. Si bien el trabajo en casa permite la flexibilidad en manejo de tiempos, es transcendental organizarse y dejar en claro a las personas con las que se comparte la vivienda que se tiene un horario y procurar ser constante con este.
La iluminación es clave
Alejandra Iriarte manifestó que la iluminación es esencial. Si es diurna hay que tratar que sea natural, si es en espacios que no acceden a la luz natural y para los trabajos nocturnos es aconsejable que la luz sea de 4.000 y 4.500 grados Kelvin, preferentemente luz neutra, así se evita que se aumente la luz de brillo de las pantallas, que es dañino para los ojos.
Para el caso de las reuniones vía cámara, continuó, hay que tomar en cuenta que exista buenas condiciones de iluminación, permitirá que la persona que está en videoconferencia o transmisión en vivo pueda presentarse nítidamente. El fondo también es relevante, no deben aparecer puertas ni desorden. Una buena alternativa es colocar plantas o un cuadro colorido, en lo posible que represente a nivel profesional y que aporte a la construcción del mensaje a transmitir.
A su turno, Murta destacó que home office se caracteriza más por su incidencia de luz natural, por lo que aquellos ambientes con iluminación penumbra o vintage no son recomendables. “Cuanto más claro, más entusiastas y menos aburridos nos pondremos a lo largo de la rutina de trabajar desde casa. Si la persona tiene hábitos nocturnos, los spots dirigibles y los pendientes de diseñador ayudarán a dar un aire cálido que invite a trabajar noche adentro”, expresó.
Elementos cruciales para la comodidad
“Hay elementos a considerar para que el trabajo tenga mayor eficiencia y que se sienta menos traumático para los que no están acostumbrados. Lo más importante es usar una silla ergonómica, porque al final de cuentas vas a estar sentado una buena parte del día y esto debe considerar la postura de la columna. También se debe tener un escritorio o una mesa sencilla”, expuso la arquitecta Iriarte.
La privacidad es elemental para incrementar la capacidad de concentración y desde luego para las reuniones virtuales que se sostengan. Tener cierto aislamiento acústico de las áreas donde se concentren los demás integrantes de la familia es un requisito, lo ideal es la utilización de audífonos para bloquear sonidos.
Murta, en cambio, aseguró que otros de los componentes importantes son la elección de la paleta de colores, un sillón o silla giratoria, ya que se pasa más tiempo sentados en esos tiempos, y mobiliario preferencialmente claro. “La presencia de un frigobar o carrito bar con cositas para picar evitan que uno se desplace a la cocina, de donde podría costar volver al ritmo laboral”, añadió.
En caso de rediseño y decoración
“Posiblemente, este sea un panorama con el que tendremos que convivir por un buen tiempo. Entonces, una mano de pintura, empapelado nuevo, dejar el espacio lo más despejado posible, con una silla muy cómoda y una mesa de trabajo estable es lo principal”, reveló la arquitecta Murta.
Alejandra Iriarte hizo referencia a que como empresa ha realizado proyectos residenciales en el ámbito comercial de grandes unidades de apartamentos, donde el espacio de trabajo es considerado como una premisa esencial de la propuesta y el programa arquitectónico. Las casas y los departamentos, por la demanda del mercado inmobiliario, cada vez tienden a ser más reducidos y eficientes a la vez, por lo que como proyectistas hay que ser creativos para satisfacer dichas necesidades.
Detalló que los millennials, que es el segmento al que las grandes inversiones inmobiliarias se dirige, defienden esta práctica de home office como un camino ideal para refrescarse, porque hacer rutinaria la oficina impide que la creatividad florezca. La frase de Odisea de Archer Troy resume en gran parte la forma de pensar de la generación actual: “para pensar fuera de la caja hay que salir de ella”.
Ello ha exigido pensar que los espacios residenciales de superficies reducidas deben ser trabajadas de la mano tanto el diseño arquitectónico y el diseño de interior, con los que se diseñen desde los muebles ergonómicamente, a manera de establecer la correcta relación entre funcionalidad y necesidades del usuario; sin olvidar la estética para garantizar las condiciones idóneas del hábitat. Se usa la ergonomía como la base de todo el interior, que al final dimensionan la superficie de cada unidad habitacional.
“El estudio del movimiento del cuerpo humano en función del espacio que ocupa se conoce como “kinetoesfera”. Consiste en un radio de líneas imaginarias determinadas por rangos de alcance, movimiento, pivote y rotación de los miembros del cuerpo humano (brazos, tronco, piernas y cabeza). Dan como consecuencia las medidas a las que se establecen alturas, zonas de alcance y espacios para el despliegue en el área de trabajo, de dormir, cocinar, etc.”, describió la arquitecta.
Qué evitar y qué implementar
Giovanna Murta recalcó que no se debe vestir de pijama o ropas que no sean las que se usen como uno se presenta en un ambiente normal de trabajo, tampoco hacer del cuarto de hermanos, de hijos o de cocina el espacio para home office. No comer directamente en la mesa de trabajo para establecer horarios del día para las diferentes rutinas es indispensable.
“Hay que habilitar un espacio que traiga confort físico y emocional. La domótica en esos tiempos es un gran aliado, a un solo comando se prende una música vibrante que motiva a terminar aquel pendiente; un alerta sonoro o visual avisa la hora del almuerzo o descanso o ya casi al final del fin de la jornada; disminuir automáticamente la luz hace recuerdo que es hora de cambiar de espacio y disfrutar del diseño en otros ambientes de su casa”, informó.
Por último, sobre los gastos con la nueva adaptación para la oficina en casa, la arquitecta acotó que mayormente se podría llegar a gastar entre 500 hasta 2.500 dólares para la renovación del espacio para home office. “Lo bueno es que con creatividad se puede crear soluciones que atiendan a todos los bolsillos”concluyó.
Fotos: arquitecta Giovanna Murta
Imagen: arquitecta Alejandra Iriarte
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